Los drones y los helicópteros no se llevan bien: se trata de un mensaje que hemos escuchado una y otra vez. Y no sin razón. Si un dron imprudente aparece cerca de un incendio activo para capturar una “buena” foto o un vídeo, podría poner en peligro la vida de los bomberos aéreos y obstaculizar los esfuerzos de extinción de incendios forestales.
En junio de 2020, durante el incendio de Poeville en Nevada, los agentes de seguridad pública se vieron obligados a detener las operaciones aéreas después de recibir informes de dos drones no identificados que sobrevolaban la zona. No fue un incidente aislado. Los drones civiles se han entrometido en la extinción de incendios aéreos en tantas ocasiones en los últimos años, que las agencias de incendios forestales de Estados Unidos, así como la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés), se han dedicado a poner en marcha campañas de divulgación pública para disuadir a los pilotos aficionados de sobrevolar cerca de un desastre natural.
En principio, el problema no tiene que ver tanto con los drones que vuelan hacia un incendio forestal, sino con los drones civiles no autorizados que ponen en peligro a los helicópteros de extinción de incendios y a la tripulación a bordo. Porque, con normativas y organización del espacio aéreo adecuadas, la integración de drones en el equipamiento de los bomberos puede convertirse en algo revolucionario.
Esto es exactamente lo que sucedió en 2017, durante la fase de extinción del incendio de North Umpqua, en Oregón. El Departamento del Interior de Estados Unidos (DOI, por sus siglas en inglés) decidió utilizar un dron para proporcionar un conocimiento de la situación al personal en tierra. La cámara de infrarrojos del dron detectó pronto el foco del incendio a través de las líneas de contención, amenazando la misma zona que los bomberos intentaban proteger.
En su declaración oficial después del incendio, el DOI afirmó que no haber descubierto de inmediato el foco del incendio habría supuesto la destrucción potencial de 50 millones de dólares en propiedades e infraestructuras.
Por lo tanto, no es de extrañar que los bomberos de primera línea y los jefes de brigadas que ya han sido testigos de las mejoras que aportan los drones ágiles y de implementación rápida a las técnicas de extinción de incendios convencionales en tierra, los consideren la mayor innovación en extinción de incendios de los últimos años.
El 23 de octubre de 2020, se desató un feroz incendio en el condado de Nan'ao, una zona rural montañosa de la ciudad de Shantou, en el sur de China. Los vientos inestables de gran velocidad provocaron que el incendio se propagara rápidamente y se formaran tres focos: la montaña Hulu al oeste, la estación de Guantong en el centro y una pequeña colina al este de la estación. Los agentes de seguridad pública tuvieron que movilizar todas las fuerzas para contener el fuego.
Una parte esencial del arsenal del equipo de primera línea fue un dron Matrice 300 RTK de DJI equipado con la solución de sensor híbrido H20T, es decir, sensores de luz visible e infrarrojos radiométricos. Aunque la potente cámara con zoom y gran angular resultó útil para cubrir el terreno de manera rápida, la cámara de imagen térmica garantizó que incluso esos focos del incendio, oscurecidos por un humo denso y no visibles a simple vista, se detectaran con rapidez.
Lo que fue aún más importante, por su tamaño y sencilla maniobrabilidad, es que el dron pudo acceder a zonas donde incluso los pilotos de los helicópteros tendrían dificultades, y todo ello sin poner en riesgo al equipo.
También es importante señalar que la velocidad media anual del viento en el condado de Nan'ao es de 8,5 m/s y un dron corriente no podría haber proporcionado al centro de mando una transmisión en directo estable, sin fluctuaciones y continua desde la zona afectada. Sin embargo, el M300 RTK de DJI se ha diseñado para trabajar en los entornos más exigentes y está equipado para resistir velocidades de viento de hasta 15 m/s.
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Con el tiempo de vuelo más largo de su clase (55 min), un alcance de transmisión de 15 km y unas prestaciones de seguridad y fiabilidad incomparables, el dron DJI M300 RTK con el instrumento Zenmuse H20T:
Alrededor las 8 de la mañana del 25 de octubre, el M300 RTK voló hacia el foco del incendio en el lado oeste de la montaña Hulu. El foco, que estaba oscurecido por el humo, se descubrió rápidamente gracias al uso de cámaras de infrarrojos y de luz visible en modo de doble pantalla. Las tomas ampliadas con zoom mostraron claramente la propagación del incendio a corta distancia, lo que ayudó al centro de mando a comprender los riesgos y movilizar los helicópteros cisterna en consecuencia.
Esa misma tarde, se informó de un nuevo incendio en las colinas de la parte este. En cuestión de minutos, el dron DJI estaba en el aire para investigar la situación y determinar el punto de ignición. Pero hizo más que eso.
Las grabaciones del dron mostraron que había una fuente de agua disponible a unos 300 metros al oeste del punto de ignición. Las coordenadas exactas de la fuente de agua se transmitieron a los equipos terrestres mediante la función de telémetro láser de la Zenmuse H20T. Esto permitió a la brigada de incendios forestales instalar una tubería de agua entre la fuente de agua y el lugar del incendio, lo que sofocó de manera eficaz el fuego en poco tiempo.
La mañana del 26 de octubre, el incendio del condado de Nan'ao había llegado a sus etapas finales. En este punto, la principal preocupación del equipo de extinción de incendios era evitar los incendios secundarios y la reignición. Depender de los recursos convencionales para investigar e informar ralentizaría el progreso y dificultaría la posible contención de las llamas.
Por ello, el M300 RTK se elevó de nuevo a una altitud de 90 metros y peinó el terreno en llamas, investigando minuciosamente el riesgo de reignición. Tan pronto como el objetivo gran angular del dron reveló un hilo constante de humo que salía de unas hojas y ramas secas, el operador utilizó el modo de zoom 20x para obtener una imagen más nítida. Pero como era de día y el humo obstruía la visión, el operador cambió al sensor térmico de infrarrojos para determinar la temperatura de la vegetación circundante.
En conjunto, estos detalles confirmaron un posible punto de humo de reignición y se utilizó el telémetro láser para transmitir las coordenadas exactas del foco en ciernes al centro de mando. Una vez recibida la geolocalización precisa, un helicóptero despegó de inmediato para sofocar el punto de humo.
Todo el proceso, desde el descubrimiento de un punto de ignición sospechoso hasta la extinción del fuego en una etapa incipiente, no duró más de una hora. Esto reafirma la idea de que si los drones y los helicópteros trabajan juntos, los esfuerzos en la extinción de incendios forestales se pueden mejorar de forma drástica.
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Los drones mejoran la seguridad tanto para quienes están en primera línea como para la población y la propiedad que protegen. Y en una época en la que los incendios son más grandes y feroces en cada temporada, adelantarse a las llamas se ha vuelto más esencial que nunca.
Se ha demostrado en repetidas ocasiones que los drones DJI pueden llevar la extinción de incendios aéreos al siguiente nivel, al volar en las condiciones meteorológicas más adversas y proporcionando a los equipos de bomberos datos geoetiquetados fiables que mejoran la toma de decisiones.
Nuestros drones han ayudado a las agencias de seguridad pública a comprender los cambios en el comportamiento del fuego y a tomar decisiones rápidas sobre si aumentar o reducir los recursos. Si también estás interesado en conocer las formas en que se pueden implementar los drones y los pasos que deben llevar a cabo las agencias de respuesta ante desastres para crear un programa de drones de éxito, descarga nuestro libro electrónico gratuito “Lanzamiento de un programa de implementación de drones en un departamento de bomberos” (Launching a Fire Department Drone Deployment Program).