Chile experimentó un comienzo devastador en el 2017. Durante enero y febrero, los incesantes incendios forestales arrasaron las regiones centrales de Coquimbo, Los Lagos, O’Higgins, Maule y Biobío, así como la región sur de Magallanes. 587,000 hectáreas de tierra quedaron en ruinas, al igual que la propiedad de miles de personas. Eventualmente, el gobierno central lo categorizaría como “uno de los mayores desastres que el país haya enfrentado”.
Los bomberos que trabajaron diligentemente en la escena atribuyeron la rápida propagación del fuego a lo que se conoce como el factor 30-30-30. Esto es cuando las temperaturas están por encima de 30 ° C, la humedad ronda el 30% y los vientos son de 30 km / h. Las condiciones climáticas solo empeoraron cuando se registró una temperatura abrasadora de 44.9 ° C el 26 de enero de 2017. Aunque varios departamentos de bomberos colaboraron para abordar la propagación, las llamas continuaron avanzando
DroneSAR Chile (SAR, búsqueda y rescate por sus siglas en inglés), la primera ONG de Voluntarios Operadores de Drones en respuesta a la ayuda humanitaria, emergencias y búsqueda de personas, ofrecería sus servicios de respuesta de emergencia. Lo que el departamento de bomberos necesitaba en ese momento era soporte desde el aire, que se proporcionaría a través de imágenes térmicas, transmisiones de video en vivo y telemetría. Mauricio Tapia, Director de DroneSAR Chile, encabezaría la operación, ofreciendo equipos DJI como los drones Phantom e Inspire.
Los intensos incendios forestales arrasaron 10 regiones, poniendo en grave riesgo la vida de las personas y sus propiedades. Cuando los equipos de bomberos finalmente respondieron, el daño ya había alcanzado proporciones masivas y se estaba extendiendo peligrosamente a un nuevo territorio.
DroneSAR Chile se asoció con las brigadas forestales y de bomberos que tenían el control, y juntos pudieron desplegar a más de 25 operadores, en su mayoría con drones DJI Phantom 3 y 4.
Una vez autorizada la participación de DroneSAR Chile, por primera vez durante una importante misión de respuesta a emergencias, los comandantes de bomberos y brigadas confiaron en la tecnología de imagen térmica para continuar las operaciones durante la noche. Los departamentos de bomberos en diferentes regiones pudieron recopilar información valiosa, lo que les permitió tomar decisiones más seguras y reducir cualquier riesgo para ellos y para su equipo. También les permitió priorizar puntos de acceso, lo que minimizó el daño a los civiles y al ecosistema. Los voluntarios de DroneSAR Chile se establecieron en Constitución, donde realizaron estudios fotogramétricos con el Phantom 4 para obtener información crítica sobre la región. Sin lugar a dudas, el uso de aviones no tripulados proporcionó recursos adicionales para los equipos de bomberos, algo que se estaba volviendo escaso en ese momento. Esta realización marcó el comienzo de una nueva apreciación y comprensión de la tecnología UAS.
El uso de drones proporcionó a los equipos de respuesta a emergencias nuevas capacidades increíbles. Por primera vez, los bomberos pudieron analizar incendios en varias regiones de forma forense. Esto les ayudó a determinar cómo se iniciaron los incendios, dónde se propagaban y cuál era la mejor manera de contenerlos.
Después de este incidente, la percepción general de los drones cambió para mejor, a medida que más personas comenzaron a darse cuenta de lo beneficiosa que es la tecnología de drones durante las emergencias. En consecuencia, DroneSAR Chile se expandió significativamente y su experiencia fue a menudo solicitada por varias agencias de seguridad pública.
Firma del acuerdo de cooperación con la Junta Nacional Contra Incendios de Chile
“Varias compañías de bomberos, incluidas las de Chillán, Ñuble, Ñuñoa y Santiago, nos invitaron a hablar sobre el uso de drones en situaciones de emergencia”, comentó Mauricio Tapia. “También les ayudamos a incorporar la tecnología de aviones no tripulados en sus departamentos”.
Junto con el gobierno de Chile, estos mismos departamentos de bomberos firmaron un acuerdo oficial con DroneSAR Chile, que les permitiría utilizar sus servicios y equipos de drones durante las misiones de extinción de incendios, búsqueda y rescate. DroneSAR Chile también ha brindado capacitación práctica a otros equipos de SAR en América Latina, ayudándoles a establecer sus propios programas de drones. Ha quedado claro en toda América Latina que la tecnología de drones ofrece al sector de seguridad pública una mayor flexibilidad en el campo. Esto incluye proporcionar imágenes térmicas, obtener acceso a áreas compactas y navegar fácilmente por terrenos irregulares.
La expansión gradual de DroneSAR Chile es un excelente ejemplo de cómo los programas de drones están cambiando el sector de seguridad pública. Para obtener más información sobre estas asociaciones, lea nuestro Libro Blanco de DJI Enterprise.
Los drones están cambiando significativamente la forma en que las agencias gubernamentales sirven al público. Mientras que los aviones no tripulados se han afianzado en la seguridad pública, otras agencias, departamentos gubernamentales y emprendedores están explorando su uso en otras áreas, desde el transporte y las obras públicas hasta la planificación y los servicios ambientales.
DroneSAR Chile fue una de las organizaciones ganadoras del Premio Excelencia Humanitaria de AUVSI 2018. Conoce más de DroneSAR Chile en http://www.dronesar.cl/